Fue en 1956, cuando el pueblo fue ascendió a municipio, y se lo rebautizó Nueva Granada. Seis fueron las expediciones que cruzaron estas tierras en los años mil quinientos en busca de El Dorado. Las más recordadas son las de Nicolás de Federmán y Hernán Pérez de Quesada. El cronista Lucas Fernández de Piedrahita narra la expedición de Felipe von Hutten que salió de Coro, en Venezuela, en 1541, y bordeó todo nuestro piedemonte. Este cronista describió los poblados indígenas guayupe, la principal etnia de esta región. De uno de estos pueblos dice: “Era la población como de ochocientos vecinos, de vistosas casas, bien tiradas calles y plazas anchurosas, siendo lo que más las hermoseaba la limpieza con que las tenían, pues no era fácil de hallar en su recinto alguna piedrecilla en que tropezar la vista, ni la menor yerba en que se reparase”.

Todo colombiano debería visitar un día este río Ariari de lecho rocoso y nombre sonoro. Debería cruzar el nuevo puente de El Alcaraván, desde donde se divisan los restos del puente Valencia; cuyas bases ruinosas recuerdan la fiereza de estas aguas en tiempos de lluvia.